La MIPYME ha enfrentado históricamente una serie de dificultades para su desarrollo y crecimiento, algunas inherentes a sus propias características y otras particularmente relacionadas con la situación económica, social y educativa del país, también por la apertura de mercados que ha enfrentado al Sector a la presión de la competencia internacional de un mundo globalizado. Por lo que el compromiso de apoyarles es mayor y los esfuerzos que tradicionalmente han realizado el Sector Público y Privado en procura de promover el desarrollo del sector, todavía no han logrado el objetivo deseado, encontrándose que las causas para este incompleto resultado sean múltiples.

Existen en San Pedro Sula varios centros de enseñanza que capacitan a los emprendedores en las habilidades y destrezas que necesitan para operar en el negocio como para administrarlo. Entre los más conocidos figuran el Instituto Nacional de Formación Profesional, Infop, y el Centro de Orientación Vocacional Técnico, Covot.

 
En la ciudad existen unas 100,000 microempresas, gran parte solo están subsistiendo, otras amenazan con cerrar, pero confían que la situación mejore. El 90% de los micros, pequeños y medianos empresarios, mipymes, sampedranos tienen problemas de sobreendeudamiento y malos récords de pago en el sistema bancario, los colocan directamente en la Central de Riesgo, siendo este su principal obstáculo para obtener nuevos créditos. Según el economista Guillermo Altamirano, los clientes mipymes se ven afectados en un 90% porque tienen entre tres a cuatro tarjetas de crédito utilizándolas como un método de consumo,“esto pasa por no tener una educación financiera, ya que para solicitar un préstamo, lo ideal son los microcréditos, que se otorgan de acuerdo con el capital de trabajo, y quienes se endeudan así son buenos pagadores”, explicó.